El secreto
Valorar a las personas tal cual son y conseguir que, a nuestro lado, crezcan.
Las relaciones más sanas y enriquecedoras son aquellas que permiten a cada una de las partes respirar, encontrar su espacio y crecer como seres humanos. "Nadie tien el dominio sobre el amor, pero el amor debería dominar todas las cosas" decía Jean de la Fontaine.
Fortalecer el vínculo
Para que alguien permanezca a nuestro lado, hay que abrirle un espacio que le permita desarrollarse como persona, lo que significa dejar que tome sus porpias decisiones y actúe según su voluntad.
Cada persona es y debe seguir siendo ella misma. El riesgo que corremos al "ahogar" al otro es que, en cierta forma, lo anulamos, convirtiéndolo en alguien menos auténtico y más previsible.
La clave está en entender que la otra persona no es de nuestra propiedad.