Al cumplir “medio siglo”, en la mujeres el proceso de envejecimiento se acelera y la piel se vuelve más exigente. Los cambios más evidentes se notan en los pómulos, que aparecen más hundidos, y en la mándibula (que se relaja). El cutis de una mujer de 50 años se vuelve más sensible, y ya no es posible utilizar todo tipo de cosméticos (estos deben ser suaves y de preferencia formulados con activos naturales). |
Pero como la belleza no tiene edad, las mujeres que alcancen la mitad de siglo, deben seguir con su rutina de belleza diaria, pero realizando algunos cambios.
El ritual de belleza. Los expertos aconsejan combinar un poco de todo, cosmética y tratamientos, dependiendo del estado de la piel, en la que intervienen factores genéticos y medioambientales (siendo este último el principal causante).
Cremas antiedad. A esta edad lo más importante es combatir la flacidez y la pérdida de densidad, por ello debes buscar los siguiente activos en tus cremas:
La soja y el iris: redensifican la piel, como si la rellenaran.
La rosa mosqueta o el silicio: tienen una potente acción antiflacidez, porque estimulan los fibroblastos (que se encargan de fabricar la elastina, materia que permite a la piel ser elástica).
El caviar: es muy nutritivo y además, energizante.
El calcio: interviene en la síntesis de los lípidos de la epidermis y en la formación de las estructuras que dan solidez a la piel.
Los activos calmantes: son básicos a esta edad. Los más efectivos son las aguas termales y algunos extractos vegetales, como el de caléndula.
Tratamientos de belleza
A partir de esta edad es aconsejable espaciar los peelings, tanto en casa como en cabina; conviene realizarlos cada 15 días, ya que la piel tarda más en recuperarse de la “agresión”. Más suave resulta un “minilifting”, que consista en inyectar ácido hialurónico, trabajando en los tres niveles de la dermis, para rejuvenecer los contornos.
Masajes faciales
Los de acción drenante ayudan a recuperar la forma del óvalo facial, previniendo la flacidez de pómulos y cuello. Realiza este simple masaje todos los días al aplicarte tus cremas.
Presiona con los dedos la parte baja de la nariz hasta la zona alta de los pómulos.
Masajea con semicírculos desde el interior de los pómulos hacia las orejas.
En el cuello, presiona con la punta de los dedos sobre él, debajo de la mandíbula.
Comienza desde el borde del mentón, sigue horizontal del cuello a las orejas.
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