17 de diciembre de 2010

Noche, calor y playa

Despues de una cena agotadora de negocios decidí subir a mi habitación del hotel donde se había celebrado dicha cena.

Me duché y me tumbe en la cama. No podía dormir por el calor sofocante así que me puse un blusón y bajé a la playa del hotel.

La brisa del mar aliviaba mi calor. Me tiré en la orilla con las piernas abiertas dejando que
el agua rompiera en mi clítoris desnudo.

Empezaba a excitarme y me acaricié los pechos por debajo del bluson blanco y transparente mientras dejaba que el agua siguiera golpeándo mi clítoris. Pasé los dedos por mi boca para seguir despues acariciando con ellos mi cuello y regresar a mis pezones y continuar para acariciar mi vientre.

Estaba muy excitada pero, en el momento que mis dedos iban a llegar al clítoris para provocarme un orgasmo, alguien los detuvo. Abri los ojos y vi a un colega de la reunión. Quise apartarme pero el no me soltó la mano. Con la otra acarició mi cabello a la vez que me pedió silencio.

Hubo una lucha interna dentro de mi para alejarme, pero aquellos ojos verdes, penetrantes brillando en la noche me hipnotizaban.

He estado observándote me dijo. Eres un ser delicioso con un cuerpo que merece ser mimado por otras manos que no sean las tuyas.

Maldita sea, me dije. Estoy tan excitada! Tengo ganas de un orgasmo y este hombre lo conozco y me atrae ¿Que problema hay?

Me dejé caer de nuevo en la arena. El se agacho ya desnudo y comenzó a liberarme del bluson mientras acariciaba suavemente los hombros y los besaba para despues comenzar el ascenso hacia mi boca con su lengua recorriendome el cuello antes de llegar.
Mi labios entreabiertos esperaban pero él me levantó y me apoyó contra una roca. Su polla, dura como la roca donde estaba recorría mi espalda hasta llegar a mi culo. La bajó un poco más y la metió entre mis muslos para pajearse mientras apretaba mis nalgas.
Después me sentó encima de la roca, abrio mis piernas y las dejó reposar en sus hombros.

Bajo la cabeza y comenzo a lamer el clitoris mientras mis pechos apuntaba al cielo con los pezones erectos. Paró de lamerme el clitoris y me empujo hacia él en una maniobra en la que de repente tenia clavada su polla dentro y mis piernas enlazadas en su espalda.

Las olas hacian los embites más fuertes y mis pechos se movian con furia. Estaba a punto de estallar, tenia encima de mi el orgasmo y jadeaba y gritaba. El me tapo la boca con una mano y saco su polla. Comenzó a moderme los pezones. Estaba fuera de mi. Le pedi que no parara, que me follara, pero me bajo de la roca y me puso de espaldas a el.

Entonces me dijo ¿Quieres correrte eh! Me puso mi mano en mi clitoris y pidio que me masturbara. Mientras lo hacia abrió mis nalgas y me la metio poco a poco hasta que comenzó de nuevo a follarme mientras con la voz entrecortada me susurraba, venga quiero correrme contigo.
Comence a agitar mis dedos y tras correrme caí sobre la roca. Estalló una ola y el grito del orgasmo de él estalló al mismo tiempo.

Despues de que nuestras respiraciones volvieran a su ritmo normal, me alejé de él, subi a mi habitación y dormí plácidamente.

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