12 de abril de 2011

Más posturas placenteras


Esta postura es perfecta para esos días (o noches) en los que tienes el jardín para ti solito.
Ponte detrás de un aspersor de riego (que no suelte un chorro excesivo) y haz que ella se doble para delante, de forma que el aspersor le riegue la zona genital. Si no consigue llegar con las manos al suelo, puede apoyarse en algo o en sus propias rodillas. Sujeta su cadera mientras la penetras.

Siéntate con las piernas cruzadas a la orilla del mar o en aguas poco profundas. Deja que tu chica se te monte encima con las piernas a cada lado, de rodillas. Puede apoyar sus manos en tus hombros, mientras tú aprietas su culo con las manos para ayudarla a empujar.


Siéntate contra las paredes de una balsa o bañera. Échate para atrás y dobla las rodillas. Deja las piernas abiertas para que ella se ponga en medio. Ella pondrá sus piernas apoyadas en tus hombros, con su culo entre tus piernas y tu cosa entre las suyas. Con sus codos apoyados contra el borde, podrá coger impulso para moverse adelante y atrás con ritmo.

Siéntate en unas escaleras romanas de piscina con las piernas dobladas y las piernas ligeramente abiertas. Puedes recostarte un poco para apoyar los codos en el borde de la piscina. Ella se te montará encima, de cara a ti, mientras te sujeta por los hombros. Sus piernas deben estar dobladas y sus pies apoyados en un escalón para subir y bajar con alegría

Esta es complicada y sólo debe hacerse en piscinas o mares en calma. Tu chica se tumbará en una colchoneta hinchable boca abajo, con brazos y piernas a los lados de la colchoneta. Móntala por detrás, rodeándola con las piernas. Y ya lo tienes, ahora empieza a hacer olas a golpe de cadera

Tu chica debe tumbarse de espaldas al borde de la piscina, con el culo colgando ligeramente, por encima del agua. Tú estarás a remojo, de cara a ella. Levanta sus piernas y póntelas en los hombros antes de penetrarla. haz que ella se agarre al borde para que su espalda no acabe arrastrando por el bordillo.



Esta disciplina requiere algo de equipo. Hazte con una tumbona, que no sea muy ancha, para que ella pueda poner las piernas a los lados. Túmbate con las piernas juntas y estiradas. Tú chica se sentará sobre ti, mirándote a los pies (uñas cortadas y limpias) y moviendo sus caderas hacia delante y atrás, arriba y abajo y de lado a lado. ¡Estilo libre! Tú disfruta de su culo moviéndose.

Ella se tumba sobre el estómago en una colchoneta en aguas poco profundas. Sus piernas deben estar en el agua. Cógela por los muslos como una carretilla y dale un chapuzón al muñeco. Lo mejor: lo dentro que puedes llegar tirando de ella mientras flota.

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